Filetes de pollo empanados crujientes al horno: receta fácil para no tener que freír

Los filetes de pollo empanados son un clásico de la cocina casera que casi todos asociamos a recuerdos de la infancia; en mi casa al menos eran -y son- uno de los recursos favoritos de mi madre para solucionar comidas y cenas durante un par de días. Los amantes del pollo crujientísimo pueden disfrutarlo también con recetas al horno como esta, ahorrándonos la fritura.
Freír da pereza y más aún cuando hay rebozados de por medio. Hay que tener algo de experiencia y maña para lograr una fritura saludable y crujiente, que no convierta la cocina en un caos y el pollo en una esponja de grasa. Por eso me gusta recurrir al horno; puede que no salga exactamente igual que frito, pero el resultado es más que satisfactorio.

El grosor de los filetes determinará el punto final de la carne. Si nos gustan crujientísimos, mejor apostar por un corte más fino; pero si queremos que al morder esa capa crujiente nos espere una carne más jugosita, es preferible dejar el filete algo más grueso, aunque después lo vayamos a enternecer un poco golpeándolo con un martillo de carnes.
El marinado previo nos asegura un pollo con mucho más sabor que ayudará además a mantener la capa del rebozado. Si encontráis mezclas de pan rallado especial para rebozados crujientes, podéis usarlo en lugar del panko; aunque yo prefiero evitarlos porque suelen añadir mucha sal, a veces azúcares, leche en polvo o grasas de mala calidad.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Pechuga de pollo en filetes 700 g
  • Huevo 2
  • Leche 200 ml
  • Mostaza de Dijon 10 ml
  • Pimentón dulce o picante, 1 cucharadita
  • Comino molido 1/2 cucharadita
  • Ajo granulado 1/2 cucharadita
  • Panko o pan rallado grueso 150 g
  • Copos de maíz tostado sin azúcar, 2-3 cucharadas, machacados
  • Copos de puré de patata 2 cucharadas (opcional)
  • Orégano seco 1 cucharadita
  • Pimienta negra molida
  • Sal

    Cómo hacer pollo crujiente al horno

    Dificultad: Media
  • Tiempo total 30 m
  • Elaboración 10 m
  • Cocción 20 m
  • Reposo 2 h
Para que queden mucho más crujientes, si los filetes son gruesos, podemos introducirlos en una bolsa de congelación y golpearlos sobre una tabla ligeramente con un martillo de carnes o la maza de un mortero, con cuidado de no romper las piezas.
Batir los huevos en un recipiente grande y profundo con un tenedor; añadir la leche, la mostaza, el pimentón, el comino, el ajo, y salpimentar ligeramente. Batir hasta tener una mezcla homogénea e introducir el pollo, removiendo para que se cubra bien. Tapar con film y dejar en la nevera como mínimo una hora, mejor dos.

Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja grande, con papel sulfurizado o de aluminio pintado con aceite. Mezclar el resto de ingredientes en otro plato o fuente para formar un rebozado homogéneo. Sacar el pollo, dejando que escurra el líquido ligeramente pero sin secarlo, y rebozar cada pieza presionando con fuerza en el rebozado.



Colocar cada pieza en la bandeja y hornear durante unos 20 minutos. Girar cada filete con unas pinzas, con cuidado de no quemarnos, pasados 15 minutos. Podemos dar un golpe de gratinador subiendo la bandeja en los últimos minutos, para que se dore más.

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